Francisco Christovam, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Urbano (NTU), de Brasil, afirma que “a medida que el mundo se adapta a una nueva realidad, la importancia de los subsidios para la continuidad y calidad del transporte público aumenta”, agregando que “subsidiar al pasajero ayuda a mantener una tarifa accesible y amplía el acceso al servicio”.
Sin embargo, advierte que la dependencia de los presupuestos municipales para financiar subsidios puede dificultar, a largo plazo, la sostenibilidad de esta política, siendo recomendable identificar nuevas fuentes extratarifarias que aseguren el financiamiento de los costos del servicio de forma permanente.
La NTU destaca que los expertos señalan varias alternativas que podrían adoptarse para este fin, como ya se hace en Europa, tales como:
- Peajes urbanos: implementar tasas de acceso vehicular en áreas centrales para reducir la congestión y generar ingresos destinados al transporte público;
- Políticas de estacionamiento pago: aumentar los cobros por estacionamiento en zonas de alta demanda, incentivando el uso del transporte público;
- Financiamiento de gratuidades mediante fondos vinculados a políticas públicas: asociar la financiación del transporte público con los ingresos de fondos destinados a la educación y la seguridad social, para cubrir los costos de las gratuidades para estudiantes y personas mayores, respectivamente;
- Tributación sobre vehículos individuales: imponer tasas adicionales sobre la compra y la propiedad de vehículos privados, que podrían destinarse al transporte colectivo;
- Captación del aumento del valor de bienes raíces: utilizar mecanismos que aprovechen el aumento del valor inmobiliario debido a mejoras en el sistema de transporte en cada región, entre otros.
Implementar un modelo de financiamiento diversificado e invertir en mejoras continuas para modernizar la infraestructura y aumentar la eficiencia del transporte público es el camino para que Brasil transforme sus sistemas de transporte público.
“La diversificación de las fuentes de subsidio y las inversiones en infraestructura son esenciales para promover un transporte colectivo más accesible y menos contaminante”, afirma Christovam.
“Esto resulta en ciudades más saludables y en una población con mejor acceso a servicios esenciales. Con ejemplos prácticos y exitosos de Europa, Brasil tiene la oportunidad de reformular el financiamiento de su transporte público, garantizando su sostenibilidad y eficiencia para las generaciones futuras”, añadió. Publicado el 8 de septiembre de 2024.
Serie ‘Investigaciones Temáticas NTU’ se enfoca en subsidios para el transporte público colectivo en autobuses
Está disponible para consulta gratuita la publicación de la serie ‘Investigaciones Temáticas NTU’ titulada ‘Subsidios para el transporte colectivo urbano en autobuses’. Descargue el archivo a través del enlace al final de este texto.
La publicación muestra que en Brasil, aproximadamente el 30% de los costos del transporte colectivo urbano son cubiertos por subsidios, pagados principalmente con recursos gubernamentales. En contraste, los países europeos subsidian, en promedio, el 55% del costo total de su transporte colectivo, utilizando una variedad de fuentes extratarifarias que contribuyen a la financiación del servicio.
Los datos fueron recopilados por la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Urbano (NTU), que analizó un conjunto de 67 sistemas de transporte brasileños que adoptan subsidios tarifarios para los pasajeros (y que divulgan esta información), comparando con el promedio de subsidios practicados por una muestra de 11 ciudades de diferentes países europeos.
FUERTE CRECIMIENTO EN ESTA DÉCADA
Según el estudio, Brasil ha experimentado un fuerte crecimiento en el número de ciudades que subsidian sus servicios de transporte público en los últimos cuatro años, alcanzando actualmente 365 ciudades.
De este total, 135 practican la tarifa cero y 237 subsidian el transporte (de los cuales siete ofrecen subsidios y tarifa cero parcial, en días específicos de la semana o en líneas específicas).
A pesar del aumento, el número de ciudades que subsidian sus sistemas de transporte aún es minoría, representando el 13% del total de 2.703 municipios brasileños que tienen sistemas organizados de transporte colectivo urbano en autobuses.
El resto continúa financiando el servicio, básicamente, con ingresos tarifarios, es decir, con el valor del pasaje pagado por el usuario.
Considerando el conjunto de 67 sistemas de transporte evaluados por NTU, 32 superan el promedio de subsidios del país, que es del 30%. Entre los más subsidiados están Araucaria-PR, con 75%; Votuporanga-SP, con 72%; y Santa Luzia-MG, con 67%.
Aproximadamente el 44% de la población brasileña es atendida por sistemas de transporte colectivo urbano subsidiados. Según la investigación de la NTU, estas 365 ciudades emplean una variedad de modelos de subsidio, que pueden variar desde la cobertura total de los costos (tarifa cero) hasta diferentes grados de apoyo financiero.
Un ejemplo es la ciudad de São Paulo, que subsidia aproximadamente el 50% del costo de la tarifa y adopta la tarifa cero los domingos, promoviendo un mayor acceso a las actividades de ocio y facilitando la movilidad urbana.
El estudio de la NTU también muestra que, de las 135 ciudades brasileñas que adoptan la tarifa cero, la mayoría (64%) tiene una población inferior a 50 mil habitantes, lo que indica una tendencia a implementar esta política en municipios de menor tamaño.
Diretor-executivo da Associação Nacional das Empresas de Transportes Urbanos (NTU), do Brasil, Francisco Christovam, defende subsídios ao transporte público e diversificação das fontes que garantem esses recursos
Francisco Christovam, diretor-executivo da Associação Nacional das Empresas de Transportes Urbanos (NTU), do Brasil, afirma que “à medida que o mundo se adapta a uma nova realidade, a importância dos subsídios, para a continuidade e qualidade do transporte público, cresce”, acrescentando que “subsidiar o passageiro ajuda a manter a tarifa módica e amplia o acesso ao serviço”.
Contudo, ele adverte que a dependência dos orçamentos municipais, para financiar subsídios pode dificultar, a longo prazo, a sustentabilidade dessa política, sendo recomendável identificar novas fontes extratarifárias, que assegurem o financiamento do custeio do serviço, de forma permanente.
A NTU ressalta que especialistas apontam várias alternativas que poderiam ser adotadas para essa finalidade, como já é feito na Europa, tais como:
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- Pedágios urbanos: implementar taxas de acesso veicular em áreas centrais para reduzir congestionamentos e gerar receitas destinadas ao transporte público;
- Políticas de estacionamento pago: ampliar a cobrança por estacionamentos em zonas de alta demanda, incentivando o uso do transporte coletivo;
- Custeio de gratuidades por meio de fundos vinculados a políticas públicas: associar o financiamento do transporte público às receitas de fundos para a educação e a seguridade social, para cobrir os custos com gratuidades de estudantes e idosos, respectivamente;
- Tributação sobre veículos individuais: impor taxas adicionais na compra e na propriedade de veículos particulares, que poderiam reverter para o transporte coletivo;
- Captação da valorização de empreendimentos imobiliários: utilizar mecanismos que aproveitem o aumento do valor imobiliário devido a melhorias no sistema de transporte em cada região; entre outros.
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Implementar um modelo de financiamento diversificado e investir em melhorias contínuas, para modernizar a infraestrutura e aumentar a eficiência do transporte público, é o caminho para o Brasil transformar seus sistemas de transportes públicos.
“A diversificação das fontes de subsídio e os investimentos em infraestrutura são essenciais para promover um transporte coletivo mais acessível e menos poluente,” afirma Christovam.
“Isso resulta em cidades mais saudáveis e em uma população com melhor acesso a serviços essenciais. Com exemplos práticos e bem-sucedidos da Europa, o Brasil tem a oportunidade de reformular o financiamento de seu transporte público, garantindo sua sustentabilidade e eficiência para futuras gerações”, complementou.
Série ‘Pesquisas Temáticas NTU’ focaliza subsídios para transporte público coletivo por ônibus
Está disponível para livre consulta a publicação da Série ‘Pesquisas Temáticas NTU’ com o título ‘Subsídios para transporte coletivo urbano por ônibus’. Baixe o arquivo por meio de link ao final deste texto.
A publicação mostra que no Brasil, aproximadamente 30% dos custos do transporte coletivo urbano são cobertos por subsídios, pagos, principalmente, com recursos governamentais; em contraste, países europeus subsidiam, em média, 55% do custo total de seu transporte coletivo, empregando uma variedade de fontes extratarifárias, que contribuem para o financiamento do serviço.
Os dados foram compilados pela Associação Nacional das Empresas de Transportes Urbanos (NTU), que analisou um conjunto de 67 sistemas de transporte brasileiros que adota o subsídio tarifário aos passageiros (e divulga essa informação), e comparou com a média dos subsídios praticados por uma amostra de 11 cidades de diferentes países europeus.
FORTE CRESCIMENTO NESTA DÉCADA
Segundo o estudo, o Brasil teve um forte crescimento no número de cidades que subsidia seus serviços de transporte público nos últimos quatro anos, atingindo, atualmente, 365 cidades.
Desse total, 135 praticam a tarifa zero e 237 subsidiam o transporte (sendo que sete oferecem subsídio e tarifa zero parcial, em dias específicos da semana ou linhas específicas).
Apesar do aumento, o número de cidades que subsidia seus sistemas de transporte ainda é minoria: representa 13% do total de 2.703 municípios brasileiros que têm sistemas organizados de transporte coletivo urbano por ônibus.
O restante continua custeando o serviço, basicamente, com receitas tarifárias, ou seja, com o valor da passagem paga pelo usuário.
Considerando o recorte de 67 sistemas de transporte avaliados pela NTU, 32 ultrapassam a média de subsídios do país, que é de 30%. Entre os mais subsidiados, estão Araucária-PR, com 75%; Votuporanga-SP, com 72%; e Santa Luzia-MG, com 67%.
Cerca de 44% da população brasileira é atendida por sistemas de transporte coletivo urbano subsidiados. De acordo com a pesquisa da NTU, essas 365 cidades empregam uma variedade de modelos de subsídio, que podem variar desde a cobertura total dos custos (tarifa zero) a diferentes graus de apoio financeiro.
Um exemplo é o da cidade de São Paulo, que subsidia cerca de 50% do custo da tarifa e adota a tarifa zero aos domingos, promovendo maior acesso às atividades de lazer e facilitando a mobilidade urbana.
O levantamento da NTU também mostra que, das 135 cidades brasileiras que adotam a tarifa zero, a maioria (64%) possui população inferior a 50 mil habitantes, indicando uma tendência de implementação dessa política em municípios de menor porte.